12.05.09 - EFE| SANTANDER
El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ordenó al Ayuntamiento de Noja abrir expedientes a dos bares del municipio para determinar cuáles son sus emisiones de ruido y si superan el máximo que les revoque la licencia de apertura o les obligue a adoptar medidas correctoras.
Esta sentencia tiene su origen en una denuncia presentada ante el Consistorio de Noja por la comunidad de propietarios La Encina, que le solicitó que revocara las licencias de apertura concedidas en 1980 y 1990 a dos pubs del barrio Palacio por incumplir la normativa de ruidos.
Los vecinos también pidieron al Ayuntamiento que, como medida cautelar, clausurara los equipos de música y los altavoces de ambos locales y les prohibiera utilizar la terraza, por carecer de licencia para ello, además de realizar en fin de semana mediciones del ruido.
Silencio administrativo
El Ayuntamiento rechazó estas peticiones por silencio administrativo, por lo que la comunidad de propietarios presentó un recurso ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo, que lo desestimó por considerar que no quedaba acreditado que todo el ruido procediera de estos dos bares, sino que era «muy posible» que contribuyeran «en buena medida» los demás locales.
El juzgado de instancia señaló entonces que aunque el Ayuntamiento había sido permisivo, porque sólo había abierto un expediente sancionador a uno de los locales, no se había probado que los establecimientos denunciados incumplieran de manera reiterada las normas sobre niveles de ruido y tampoco que el municipio hubiera hecho «caso omiso» de las denuncias.
Sin embargo, el TSJC establece en la sentencia que existe en este caso la posibilidad de perturbación grave del interés publico. Según este tribunal, es «palpable» la efectiva contaminación acústica y que la actividad del Ayuntamiento de Noja ha sido «nula o mínima» ante las denuncias de los vecinos.
Argumenta que únicamente en 2005, el Ayuntamiento efectuó una medición de ruidos e incoó un expediente a uno de los locales denunciados, «olvidando que tiene y conserva el control revisor» para investigar las deficiencias denunciadas, aunque los establecimientos dispongan de las licencias pertinentes.
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