viernes, 13 de marzo de 2009

La contaminación acústica en la humanidad

Escrito por Juan Francisco Vega Romero

viernes, 13 de marzo de 2009

Muchos son los que aún no se creen que la contaminación acústica, sea un problema ambiental en nuestra sociedad que afecta a la salud, bienestar y calidad de vida. También creen que es un problema circunstancial propio de nuestro tiempo, pero no es así.
El ruido viene siendo un problema para la humanidad desde muy antiguo, existiendo referencias escritas sobre este problema ya desde la época de la Roma Imperial.

La presencia de la contaminación acústica, así como en sus fuentes en las ciudades, fue ya señalada por los intelectuales en la época romana. Es muy conocido el poeta latino Marco Valerio Marcial, conocido como Marcial, procedente de Hispania Tarraconense (la actual Tarragona), que se marchó a Roma para terminar sus estudios jurídicos con la protección de Séneca, que en uno de sus mil quinientos epigramas (composición, "Poesía" poética breve que expresa un solo pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa), en la que describía el carácter ruidoso de la antigua Roma y que describía como durante el día le impedía dormir los alumnos y el maestro de una escuela cercana a su domicilio y cuando ese ruido concluía, eran los artesanos, horneros los que lo mantenían despierto, pero siendo los caldereros los que más molestias le producían. Gritos de mendigos, los golpes de los acuñadores de monedas, los cambistas, que llamaban la atención de sus clientes al contar sus monedas, etc.
Como precedente histórico, se puede decir, o por lo menos, es de la única que se tiene conocimiento, de que en la misma ciudad se prohibiera el paso de los carros durante las horas nocturnas con el fin de no perturbar el descanso nocturno,  naciendo así como es conocido para todos hoy en día, la primera ordenanza municipal sobre la contaminación acústica. Posteriormente en el siglo XVI, en Zurich se dictó una norma que prohibía hacer ruidos por la noche para no alterar el descanso de los ciudadanos.
El concepto de ruido, como he manifestado anteriormente, no es un concepto nuevo, ya que la ciencia empezó a desarrollarse en el 1600 D.C. Los griegos no estaban interesados por el sonido, pero si por la música. Pitágoras descubrió que una octava corresponde a una relación de frecuencia  de dos a uno. Aristóteles estudió sobre la generación y transmisión del ruido. Galileo determinó las relaciones entre tono y frecuencia (las famosas tonales). En los siglos XII y XIII, se calculó el tiempo de retorno de un eco. En 1660 Boyle demostró que el sonido necesitaba un medio, gaseoso o líquido para su transmisión y en el vacío no se trasmite el sonido. A partir del siglo XIX, los avances fueron espectaculares.
Unos de los primeros mapas de ruido que se realizaron en España, se realizó en la Comunidad Valenciana entre los años 1979/1981, extendiéndose posteriormente esta medida al resto de las comunidades y ciudades españolas. Uno de los más sofisticados mapa ruido es el de la ciudad de Granada, que cuenta con ocho sensores fijos en diferentes puntos de la ciudad en la vía pública, que van actualizando la información sonora y que permite actualizar periódicamente el mapa de ruidos, pudiendo acceder cualquier usuario a la información del mismo a través de Internet y observar virtualmente la calle, así como el nivel de contaminación ambiental existente.
Igualmente Granada es pionera en Andalucía en la instalación del método denominado “SISTEMA JERICÓ”, que permiten conocer los datos de otros de los generadores de ruido urbanos, como son los lugares de ocio. Cuyo sistema consiste en la instalación de un módem conectado al limitador sonoro  y a su vez a la red de Internet, en la que facilita los datos diarios de la actividad y transmite un registro sonoro del nivel de decibelios que hay en el interior de la actividad, proporcionando una información muy valiosa a la Policía Local, ya que se pueden detectar infracciones en materia de normativas en contaminación acústica o de horarios de cierre o apertura de estos locales.
En la actualidad, el ruido afecta a más de 80.000 millones de europeos. Cada país ha desarrollado la legislación específica para regular el ruido y las molestias que les ocasiona, bajo el paraguas de la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre evaluación y gestión del ruido ambiental.
España según la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), es el segundo país del mundo con mayor contaminación acústica, detrás de Japón, afectando a nueve millones de españoles, expuestas a los potenciales efectos negativos de este contaminante.
Ceuta, por desgracia, según el INE (Instituto Nacional de Estadística), ocupa el primer ranking de la comunidad más ruidosa de España y según la propia encuesta realizada por la propia Ciudad Autónoma sobre la percepción del ruido por los ciudadanos, destaca que en Ceuta no existen espacios sin ruidos. El tamaño de nuestra ciudad no debe servir de excusa como posible variable significativa del problema, ya que un estudio realizado  en la Comunidad Valenciana se llegó a la conclusión de que las ciudades grandes son considerablemente más ruidosas que las pequeñas.

http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/29213/143/