miércoles, 16 de noviembre de 2011

La terrazas: una actividad molesta


El día 6 de julio de 2008, ésta Asociación hizo un artículo en este medio que se titulo "El dichoso verano y las terrazas", en el que ya decíamos que las terrazas eran una actividad molesta y que la Ciudad Autónoma no las trataba como tal. Manteníamos que estaban dentro de la Ordenanza de Ruidos y les afectaban el Reglamento de Actividades Molestas, ya que constituían una incomodidad por los ruidos…y concluíamos: UNA TERRAZA ES UNA ACTIVIDAD MOLESTA.

Nos hacíamos muchas preguntas, sólo hay que ver hemeroteca de El Faro de ese día, y comprenderán que ya hoy todas tienen respuesta, por lo que posiblemente de habernos hecho caso hoy nadie estaría lamentándolo.

No somos personas doctas en la materia, no tenemos pedigrí, estamos asombrados con las personas que nos escriben y su perfil y que nos dediquen sus palabras. Debíamos confiarle nuestra defensa, gracias. Aunque la verdad es que no nos hacía falta tal erudición, sólo había que saber leer y la jurisprudencia del TSJA de Sevilla y del Tribunal Supremo lo decía todo.

Desde esta Asociación, como el General Castaño, cuando el Mariscal Dupont le entregó su espada ganadora de "cien batallas", contestamos: "nosotros hemos ganado la primera".

Las sentencias del TSJ de Andalucía, y decimos "las", porque son dos, y lamentamos mucho mas de lo que se pueda creer este hecho, porque esto se podría haber evitado no poniendo una venda en los ojos, sino habiendo hecho y desarrollado unos reglamentos y ordenanzas medioambientales mucho antes. No era de recibo que numerosas mediciones que revelan zonas acústicamente saturadas y que dañan a la salud, estuvieran guardadas en un cajón sujeta al olvido.

Ceuta era líder en todo a lo que se refiere a contaminación acústica; primeros en la encuestas a nivel nacional del Instituto Nacional de Estadística; primeros, en el Libro Blanco de los Ingenieros Técnicos de Valencia. De igual modo, la encuesta realizada por la Ciudad Autónoma de Ceuta ya lo reveló, con resultado alarmante, el número de personas que tomaban productos para conciliar el sueño y que se quejaban de los ruidos. Por su parte, la encuesta  de la FPAV, elaborada con vistas a la elaboración del  "Mapa de Ruidos" concluye que un 74 % de los barrios se quejan del ruido. Y el simbólico premio "Petardo Acústico", de la Asociación de Juristas contra el Ruido, a la ciudad de España que peor gestiona este problema. Sin ir más lejos el propio Defensor del Pueblo ha estimado una queja y ha dado recomendaciones. Todo esto  hace que crezca nuestra preocupación por la contaminación acústica y, desde luego, esto no es una novela pastoril en el que las ovejas pastan en el verde valle. Es un problema mucho más serio  que conoceremos en su verdadera magnitud cuando seamos valientes y pongamos el Mapa de Ruidos, que continúa guardado,  sobre la mesa.

Esta Asociación está preocupada por todas las personas que sufren directamente esta agresión contaminante y que produce daño a la salud.  El ruido atenta contra nuestro derecho al medio ambiente, al descanso y a la salud y esta reconocido por el Tribunal Constitucional que "la inmisión sonora" viola nuestro derecho a la intimidad. Algo en lo que coinciden el Tribunal Supremo, los Tribunales Superiores de Justicia y por esto estamos legitimados para seguir en la brecha.

La finalidad de esta Asociación  "es combatir la contaminación acústica y ambiental, sus causas y sus efectos", y por ser legitima no vamos a abandonarla. La OMS señala que una persona hablando llega alcanzar 62/63 decibelios, si a esta fuente sonora le unimos música, TV, aires acondicionados, motores, compresores, sin ningún tipo de control, arrastre de contenedores, arrojo de vidrios y consumiciones fuera de los locales a horas que las terrazas deben estar cerradas se convierte en una fuente patógena para la salud.

Todos han pensado en el TSJ de Andalucía, por ser el órgano de revisión de los Juzgados Contencioso de Ceuta.  Su sentencia sobre el ruido en Ceuta ha sido sin duda importante porque ha fijado tres máximas: la primera, que hay que hacer trámite de alegaciones vecinales; la segunda, que hay que realizar un estudio previo de calificación ambiental y la tercera, muy importante, que el Reglamento de Actividades Molestas, está en vigor en Ceuta. ¿Y por qué?, porque somos una de las pocas comunidades que no hemos hecho nuestros deberes ambientales desde la ley de calidad del aire y protección de la atmósfera del año 2007. Y nosotros añadimos además que no se ha reformado la Ordenanza de Ruidos, que estaba derogada desde el año 2005. ¿Cuántas veces hemos dicho en este medio que no se habían hecho los deberes en materia de contaminación acústica?. Queríamos vivir en nuestro mundo, en nuestro pequeño Reino de Taifa, de espaldas a la realidad. Lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, España y Europa van en una dirección y nosotros en la contraria.

Son las Sentencias del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Ceuta, del año 2010, con acierto y profusión de jurisprudencia, quienes ha fijado que esta actividad es molesta y que su licencia debe seguir los tramites del RAMINP. Y el TSJ de Andalucía ratifica las sentencias y establece los requisitos expuestos. Pero es más importante todavía señalar que quien ha recurrido las sentencias al TSJ ha sido nuestra administración, la que dice defendernos a todos y tener como premisa la supremacía en sus actos el interés general. A estas alturas  ya sabemos cual es la posición de cada uno. Así somos conscientes que el gobierno de la Ciudad  no está de nuestro lado, de los que sufren el ruido. Ellos se gastan el dinero público en letrados exteriores del ayuntamiento y los afectados tienen que hacerlo de su bolsillo. Pero no piensen que nos vamos aburrir. Estamos tan convencidos de lo que estamos haciendo que lucharemos sin tregua para que nadie más sufra lo que han pasado nuestras familias. Dicho esto queremos dejar claro que no deseamos quitarle la licencia de terrazas a nadie. Las licencias se retrotraen al momento que debían de haberse realizado estos trámites. Entendemos que era un sector que necesitaba de esta regulación para protección de la salud de los vecinos. Si en Andalucía y en toda España las terrazas son una actividad molesta, si se dan bajo esta premisa en el resto de nuestro país, no existen motivos  para llegar a la conclusión de que en Ceuta no van a existir terrazas. Estamos convencidos de ello.

Resulta lamentable querer reducir ad absurdum un tema tan delicado como la contaminación acústica a que se quiere acabar con la diversión en Ceuta. Si damos como ciertos los datos emitidos por el Instituto Nacional de Estadística o los resultados de las encuestas elaboradas por la propia Ciudad Autónoma de Ceuta estaríamos hablando  de 60.000 ceutíes (el 74 % de la población) que dice sentirse afectados por el ruido. El problema es que de todos esos afectados pocos tienen los conocimientos o simplemente el coraje y la valentía de enfrentarse a la administración y a poderosos intereses.

Es fácil manipular a la opinión pública utilizando argumentos falaces que desde posturas maniqueas quieren transmitir la idea de que la contaminación acústica es una cuestión de ciertas personas hipersensibles al ruido que quieren acabar con la diversión nocturna en la ciudad, mandar gente al paro y acabar con el desarrollo turístico de Ceuta. Aquí lo que está en juego es algo mucho más serio, como es la calidad de vida de los ceutíes. Poco se puede decir a personas tan deshumanizadas que anteponen los intereses crematísticos de algunos empresarios al derecho al descanso de los ciudadanos en su propio hogar. Nos gustaría que quienes defienden con tanta vehemencia la permanencia sin control de las terrazas sufrieran en sus propias carnes los efectos del ruido. A ver si después de esta experiencia seguirían pensando igual.

Nuestro mensaje final va dirigido a la administración autonómica. Somos conscientes que si se han decidido a instalación de las terrazas y a reformar la ordenanza de ruido ha sido forzado por unas sentencias judiciales muy crítica con la gestión que han hecho en esta materia en los últimos años. Y ahora entendemos claramente el porqué. No querían tener un conflicto con los empresarios de la restauración y por eso han mirado todo este tiempo a otro lado. Así de claro. Ahora tienen la oportunidad de demostrar que se preocupan del bienestar de sus ciudadanos, anteponiéndolo a los intereses económicos. Tienen también la ocasión de acreditar ante los ceutíes que ser europeos es algo más que una fuente de ingresos para sus obras faraónicas.

El Faro de Ceuta http://goo.gl/Ye1Xf