martes, 21 de abril de 2009

El día sin ruido

http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/32550/143/

 

Escrito por Carmen Echarri

martes, 21 de abril de 2009

La Consejería de Sanidad no tiene mejor idea que celebrar el día sin ruido, que tendrá lugar el próximo miércoles 29, cortando al tráfico, durante cinco minutos, dos de las principales arterias de la ciudad: la plaza de África y la Gran Vía. Y ojo al dato, lo harán a las doce de la mañana. Entre Sanidad y Gobernación controlarán el tema, o sea, que mejor que nos pillen confesados porque la que se va a liar va a ser gorda. Si no querían ruido, van a tener el de toda la vida y más. Ese es el fruto de las ideas de bombero que acostumbra a publicitar, cada cierto tiempo, la Ciudad.

Si realmente quieren celebrar, como se debe, el día sin ruido, deberían hacerlo sin actos que sólo persiguen la foto de rigor en los medios. Hay otras vías más inteligentes aunque menos populistas. De entrada, la mejor forma para festejar una problemática reducida a un día en el calendario pasa por la realización de las mediciones de sonido necesarias, que ahora, por cierto, no se llevan a cabo debido a que se carece de aparato para ello. Ya lo denunció la asociación contra el ruido y ya se anunció, desde la Policía Local, que estaba pronta la adquisición del sonómetro. Todavía estamos en espera. Esta situación provoca una laguna jurídica increíble, que lleva a las familias que padecen las emisiones de ruido (que son muchas en Ceuta, y cada vez más) a recurrir a un abogado sin contar con el oportuno respaldo de la administración. ¿Cómo medir los decibelios si las instituciones carecen de medios para ello? Es la pescadilla que se muerde la cola y así nos topamos con casos vergonzosos a los que en alguna ocasión ya hemos aludido. Afectados que padecen estrés, que se han visto obligados a acudir a un psiquiatra, recién paridas que no han podido amamantar a sus hijos por la presión que les provoca el ruido, personas que pierden audición o hasta 25 kilos de peso... Son víctimas del ruido, con nombre y apellidos, que han tenido que recurrir a una vía particular, gastándose sus ahorros para llevar al juzgado, en solitario, una situación de la que tiene culpa la administración.
Resulta insultante que, conocida esta situación, la Ciudad no tenga mejor idea que celebrar el día sin ruido con una pantomima rodeada de periodistas.

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